El precio que paga la Planta Industrializadora de Leche (PIL) por cada litro de leche cruda que compra no responde a una estructura real de costos que manejan los productores y el Gobierno, revelaron a este medio el director ejecutivo de Pro Bolivia, Óscar Alcaraz, y el presidente de la Federación de Productores de Leche de Cochabamba, Yasmani Medrano.
Mientras el dirigente sindical señaló que el Ministerio de Desarrollo Productivo utiliza un modelo de costos que rige la producción de leche en la Argentina, Alcaraz afirmó que los dirigentes del sector “hicieron una alteración de la estructura de costos”.
Los campesinos buscan subir el litro de leche cruda puesto en planta de 3.20 bolivianos a 4. En tanto, el Gobierno insiste en matener los costos de producción en aproximadamente 3.05 bolivianos.
A pesar de la existencia de precios referenciales, la realidad es otra. Pues ni el Gobierno y menos los productores tienen una estructura que refleje costos verdaderos.
Las partes en conflicto manejan variables totalmente diferentes y en medio de esta confusión de cifras, la PIL, por su lado, impone todos los días un precio de 3.10 bolivianos, por donde se vea, también ajena a la realidad.
Alcaraz fue, incluso, más lejos. En presencia de centenares de productores de leche habló de engaños y fraudes.
“La hoja de costos que presentaron los asesores en la reunión que se hizo en Cochabamba el 26 de mayo, era completamente distinta. De qué lugar sería, de qué país sería, los han engañado”, sentenció.
Reveló también que hubo, entonces, un compromiso con los dirigentes lecheros de “no mover la estructura y la ración”.
Alcaraz aseguró que tienen una estructura que refleja el trabajo de los campesinos.
A su turno, Medrano habló de lo mismo, aunque reconoció que “habrá que hacer una nueva estructura de costos con el Gobierno sobre lo que existe”.
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