“La propaganda oficial es un método suave de control de los medios”
AMENAZA La impunidad de los atentados a los medios sólo ayuda al amedrentamiento, según Friedman.
Página Siete / La Paz - 03/11/2012
Javier Viscarra, editor de opinión; Josh Friedman, premio Pulitzer, y Raúl Peñaranda, director de Página Siete.
Página Siete conversó esta semana con el premio Pulitzer en periodismo de 1985, Josh Friedman, quien visitó Bolivia invitado por la Fundación para el Periodismo a asistir a varios eventos de discusión sobre la libertad de prensa y el periodismo digital.
Página Siete.- ¿Cuál es el desafío de los periódicos que se editan en papel en Bolivia y el mundo frente al avance de los medios electrónicos? ¿Podrán sobrevivir o perecerán como algunos expertos lo diagnostican?
Hoy los periódicos están luchando por sobrevivir. Éste es un gran problema en Estados Unidos, que puede ser antesala para el resto del mundo, donde lo mismo ocurrirá más tarde.
Los jóvenes hoy no leen periódicos, sólo lo hacen en la web, por ello cada año las publicaciones en papel reducen su cantidad de páginas.
Algunos medios, como el New York Times, están luchando por mantener a los jóvenes como lectores a través de la web; sin embargo, el problema es que no ganan con ello el mismo dinero con la publicidad y esto genera problemas, como el despido de periodistas.
Los primeros en disminuir son los corresponsales en el exterior. Hoy los diarios norteamericanos han reducido al mínimo su presencia en Latinoamérica y el resto del mundo. Se están haciendo algunos experimentos para lograr enfrentar el tema, por ejemplo, el Washington Post y la Radio Pública Nacional están empleando juntos a una misma persona como corresponsal, para abaratar costos.
Hoy los diarios están muy preocupados; algunos sólo publican sus ediciones tres días a la semana y otros han anunciado que no tendrán más ediciones impresas, para quedarse sólo con la web. La revista Newsweek es un ejemplo de lo que está sucediendo. Finalmente, los periodistas no pueden tener un sueldo que les permita vivir dignamente.
En EEUU estamos ingresando a una etapa que se vive en otros países, como los de Sudamérica, donde no hay sueldos acordes con el nivel de profesionalismo de los periodistas. Así la calidad del periodismo que existía ha caído notablemente.
En la Universidad de Columbia, de Nueva York, donde yo enseño, me siento como un alquimista, enseñando algo sin futuro, porque no hay trabajo para los alumnos o lo hay con muy poco salario.
Página Siete.- ¿Este tema se vive también en los países que no son desarrollados?
No, sobre el tema de la desaparición del papel, no todo será tan drástico. En algunos países pobres hay un crecimiento del alfabetismo y, como no hay un acceso amplio al internet, la venta de periódicos sube. En India, por ejemplo, los diarios impresos están creciendo rápidamente
En una reunión realizada hace dos semanas en San Pablo, Brasil, la SIP presentó un estudio sobre la proyección de crecimiento de los diarios en Latinoamérica; la SIP dice que los diarios impresos continuarán creciendo en un 5% anual. Ojalá que esto sea verdad, pero podría ser una esperanza sin base.
También en EEUU tendremos algunos periódicos de alta calidad que seguirán siendo en papel, pero no sé si el gran público alcanzará a acceder a ellos. O habrá diarios con nichos especiales, pero un diario corriente va a tener problemas.
Página Siete.- ¿Cómo este fenómeno puede afectar a la democracia, si la gente no tiene acceso a una variedad de medios que informen imparcialmente?
Afecta peligrosamente en Estados Unidos, por ejemplo, y es más fácil para los candidatos engañar a los votantes. Y podemos verlo este año con Mitt Romney, el candidato republicano.
Página Siete.- ¿Si usted habla de crecimiento de los diarios impresos en India y Latinoamérica, este fenómeno de crisis se da sólo en Estados Unidos y Europa?
Sí, efectivamente. Quizá en unos 25 años esta misma crisis llegue a Bolivia, cuando el internet sea masivo, pero aún no ocurre.
En mis viajes por el mundo, en Europa este problema ya existe, en Inglaterra y Francia, por ejemplo. Al otro extremo, en Eslovaquia y otros países, el problema está apenas empezando.
Por otra parte, en los ex países soviéticos, tras la caída del régimen, se inició el trabajo de un periodismo libre, que al principio puede no ser de muy buena calidad e incluso contener muchos insultos y errores, pero a la larga se estabiliza y mejora.
Página Siete.- ¿Cuál es esa realidad en Estados Unidos?
En EEUU tuvimos problemas entre el Gobierno y el periodismo en la época del presidente John Adams, hace más de 200 años, incluso hubo periodistas presos. Se intentó hacer leyes contra la libertad de prensa, como está ocurriendo hoy en algunos lugares del mundo, pero luego el presidente Thomas Jefferson desestimó todos esos intentos.
Esto ocurre cuando los líderes que leen los insultos temen que esto continuará y proyectan leyes para controlar a los medios, pero si tienen sabiduría, sabrán que es como la crianza de un niño, tiene que dejarlo (a la prensa) cometer errores para crecer.
En Bolivia, el Presidente parece que no ha decidido aún qué ruta tomará en este campo, a diferencia de Ecuador que tiene ya una línea determinada.
Página Siete.- ¿Le parece a usted que en América Latina hay países que están en la ruta de un mayor autoritarismo en contra del periodismo?
En algunos países existe cierta tendencia, incluso en la gente, para aceptar cierto tipo de autoritarismo. Esta visión no es muy positiva para el fortalecimiento de una prensa libre.
Página Siete.- ¿Cree usted que en los medios de la región existe un proceso de autorregulación o de autocensura? ¿Hay diferencia en estos conceptos?
Yo no creo tanto en la autorregulación, no funciona, porque ésta es en realidad autocensura, que es algo muy criticable.
Mejor que un sistema de autorregulación es que el mercado decida qué comprar o qué medio consumir entre una multiplicidad de ellos.
Hay varios países en Latinoamérica con autocensura, empezando por México, porque allá es muy peligroso realizar el oficio por el narcotráfico, que asesina a los periodistas. No sé en Bolivia qué es lo que pasa, pero en Ecuador, por ejemplo, el Gobierno distribuye mucho dinero a los medios a través de propaganda oficial y estos medios no quieren perder ese dinero. Es un método suave de control a los medios. Y en Venezuela las presiones son grandes.
Página Siete.- En Bolivia hace unos días hemos sufrido un atentado terrorista contra una radioemisora en Yacuiba, Tarija, ¿qué opinión le merece esto?
Es horrible. En cuanto a los atentados, el problema es que cuando se ataca a un medio, los demás empiezan a cuidarse, a autocensurarse. Otro problema, y eso ocurre en México -no sé cómo es en Bolivia-, las autoridades casi nunca encuentran a los autores de estos actos terroristas. Se da una virtual impunidad y eso ayuda al terrorismo contra los periodistas.
Página Siete.- ¿Cómo se explica que comentaristas de televisión en Estados Unidos como Glenn Beck y Bill O’Reilly tengan una retórica tan fuerte, casi racista y xenófoba?
Yo puedo explicarlo con dos palabras: Rupert Murdoch. Éste es un megaempresario que ha hecho mucho daño a la prensa. No tiene ética, pero es muy vivo en ganar dinero con sus empresas. Siempre apela a los motivos más bajos de los norteamericanos y terminan culpando de los problemas a los negros, a los inmigrantes, a los latinos, al “otro”, al diferente. Por eso estos comentaristas tienen espacio en estos grupos de personas.
Algunos dicen que probablemente esta elección sea la última en la que los blancos representen a la mayoría de votantes y los republicanos han cometido un error grande en apartarse de los hispanos, que en un 70% prefieren a los demócratas. Tal vez para la próxima elección los blancos sean menos del 50% y el resto esté representado por minorías.
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